miércoles, 27 de octubre de 2010

Mozambique, una paz para África

Morozzo Della Rocca, Roberto. Mozambique, una paz para África. Icaria Editorial. Barcelona. 2003

Alfredo Fernández.
Periodista. 

Este libro relata con una importante cantidad de detalles todo el proceso histórico vivido en Mozambique en los últimos años, y que desemboca en el acuerdo de paz firmado el 4 de octubre de 1992 en Roma. La paciencia, la palabra oportuna y una esperanza alentadora de los mediadores o garantes del diálogo, que tenían como objetivo no determinar quién tenía razón sino permitir el retorno a la paz, hicieron posible que los líderes de ambos sectores firmaran ese acuerdo que fue el puntapié inicial de una etapa de recuperación de este pueblo africano.

Mozambique ha vivido en los últimos años un proceso muy duro y difícil para lograr la paz que evidencia en la firma de los acuerdos de Roma. Varios años de largas entrevistas, viajes incesantes pero sobre todo la esperanza del acuerdo coronan la fecha del 4 de octubre de 1992 como el punto de llegada de una etapa, pero el de partida de otra más importante: la etapa de la paz.

Las negociaciones duraron 27 meses. En varias oportunidades los mediadores temían por el fracaso del proceso, y la continuidad de la guerra interna en el país. “En ningún momento forzaron a las partes para que consiguieran este resultado sino que –por el contrario- las tranquilizaron. Les ofrecieron consejo y apoyo, atenuaron en la medida de lo posible los rencores de la guerra y sentaron las bases políticas, psicológicas e institucionales para que las negociaciones produjeran una paz no frágil”, -destaca el autor.

Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant Egidio, y una de las instituciones que protagonizó estos acuerdos de paz en Mozambique dijo -en el inicio del diálogo entre las partes en 1990- que “viene a la mente una expresión del gran Papa, Juan XXIII, que fue también su método de trabajo: preocupémonos por buscar lo que une y no lo que divide”. Y justamente este lema fue el que permitió vislumbrar un acuerdo de paz.

Con gran cantidad de detalles y citas del proceso que finalmente logra el acuerdo de Roma el autor destaca además la angustia primero y luego la alegría que vivió el pueblo de Mozambique al conocerse la noticia de la firma del acuerdo. Uno de los protagonistas de las negociaciones reconoce que “la firma de la paz es una victoria de todo el pueblo mozambiqueño en la que no hay espacio para vencedores y vencidos.

Nadie discute la importancia de la paz. Ambos sectores sabían que era el único camino que podían elegir, pero que además el pueblo de su país, sumido en una gravísima crisis humana ante el hambre, la pobreza, pero por sobre todo la guerra, les exigía con decisión.