jueves, 30 de junio de 2011

Paz y libertad de conciencia

Rawls, John. Teoría de la Justicia. F.C.E. Barcelona. 1995.

Francesc Torralba 
Barcelona. 


La reciente publicación de la traducción catalana de Teoría de la justicia (1971) del filósofo americano, John Rawls (1921-2002) es una excelente noticia no sólo para politólogos y filósofos, sino también para los estudiosos de la paz y para los activistas interesados en fundamentar las condiciones de pacificación del mundo. Este libro, que ha sido considerado una de las obras fundamentales de la última mitad del siglo XX, junto a la Teoría de la acción comunicativa (1981) de Jürgen Habermas o El principio de responsabilidad (1977) de Hans Jonas, representa un esfuerzo intelectual de primer orden para formular una visión de la justicia aplicables a las sociedades abiertas, democráticas y respetuosas con los derechos civiles.

Resulta imposible y, además, insensato tratar de verter la densidad filosófica, ética y política que se vierten en un texto de esta magnitud (720 p.) en una breve y lacónica recensión, pero sí resulta ilustrativo, cuanto menos, identificar algunas ideas clave que pueden resultar útiles para potenciar los estudios de paz o suscitar la curiosidad en pacifistas que desconozcan esta extraordinaria obra del pensamiento contemporáneo.

Centro la reflexión en su concepto de tolerancia y en la necesidad de defender un Estado neutro desde el punto de vista religioso, capaz de respetar la pluralidad de creencias y opciones espirituales que se expresen en la ciudadanía. Como dice John Rawls, el Estado no puede favorecer ninguna religión particular, ni puede establecer castigos o pérdidas de derechos a los que se afilian a una religión determinada. Ello, en el caso de hacerlo, generaría agravios comparativos, resentimientos mutuos y conflicto social. Rehúsa, explícitamente, la noción de un Estado confesional, porque considera que la separación entre el poder político y religioso constituye la base de la buena convivencia entre los ciudadanos que forman parte de una comunidad política.

Además de defender el Estado aconfesional y criticar el punto de vista confesional y laicista, subraya la necesidad de limitar la libertad de creencias siempre y cuando su ejercicio pueda poner en peligro el orden común y la seguridad. Rehúsa un Estado laicista, pero entiende que determinadas prácticas o modos de desarrollar la libertad de creencias pueden entrar en conflicto con el orden y la seguridad.

Este límite que identifica John Rawls plantea muchos problemas en la práctica, pues los conceptos de orden público y de seguridad se prestan a múltiples hermenéuticas y ello exige una deliberación conjunta, pacífica y racional para evaluar en qué circunstancias se puede esgrimir tal argumento. No cabe duda que el tema resulta muy espinoso y muy actual, pero se debe tener en cuenta que, en ocasiones, con el argumento de la seguridad o del orden público se persiguen tradiciones espirituales minoritarias que, en un Estado de derecho, tienen legitimidad para expresarse públicamente y manifestar sus creencias. Por eso, el gran pensador americano dice: “la libertad de conciencia sólo se limita cuando es razonable pensar que no hacerlo dañará el orden público que el gobierno tiene que mantener” (p. 290). Y concluye: “Esta expectativa se tiene que fundar en pruebas y razonamientos aceptables para todos”.

jueves, 26 de mayo de 2011

Paz e interculturalidad

Panikkar, Raimon. Paz e interculturalidad. Editorial Herder. Barcelona. 2006.

Cristian Muñoz. Filósofo.  
Punta Arenas. Chile.


  

El año 2006 se publicó una obra de Raimon Panikkar quien escribe “Paz e Interculturalidad” por la Editorial Herder (184 páginas). La idea central del texto es analizar el problema de la paz como una realidad compleja. Panikkar entiende que no sólo hay obstáculos prácticos, sino también dificultades teóricas. No es posible valorar correctamente el problema del otro sin un conocimiento de su cultura-conocimiento que no puede alcanzarse sin amor- de ahí la importancia de la interculturalidad. La paz de la humanidad depende de la paz entre las culturas. Este libro quiere ser una contribución para enfrentarse a este problema. La interculturalidad pone en cuestión los mitos dominantes del statu quo actual, pero nos lleva a una relatividad liberadora. La humanidad se encuentra ahora frente a una encrucijada de dimensiones históricas. Éste es el verdadero desafío de la llamada globalización: o la civilización tecno-científica es superior a toda otra cultura y, por tanto, está llamada a imponerse, o existen también otras culturas que permiten igualmente al hombre alcanzar su plenitud y su felicidad.

Raimundo Pániker Alemany, conocido como Raimon Panikkar, fue un filósofo, teólogo y escritor barcelonés (España) fallecido recientemente,  un 26 de agosto del 2010. Desarrolló una filosofía interreligiosa e intercultural, con una nueva apertura respetuosa al diálogo con otros sujetos y tradiciones no-occidentales. Su filosofía tiene como objetivo transformar nuestra civilización que está determinada por un sistema occidental impuesto como una única alternativa.

Cristian Muñoz
Punta Arenas. Chile.

miércoles, 27 de abril de 2011

Perspectiva de género en una cultura de paz

Breines, Ingeborg. Mujeres a favor de la Paz. Ediciones Unesco. Narcea Ediciones. Madrid. 2002.

Marta Ramón Pascual. Periodista.  
Barcelona. 


Este manual  expone iniciativas concretas en relación a la participación de las mujeres en favor de la paz, críticas de género a las normas de paz, etc. El segundo capítulo de la primera parte, titulado “Perspectiva de género en una Cultura de paz”, trata de explicar que sólo si los hombres y las mujeres trabajamos juntos en paridad asociativa de derechos podremos vencer los obstáculos que nos impiden construir una visión de futuro. 

Su autora es Ingeborg Breines, directora del programa de la UNESCO “Mujeres y Cultura de Paz”. La exposición de Breines parte del proyecto interdisciplinario del mismo organismo “Hacia una cultura de paz” (1998), basado en los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas. La UNESCO considera que la paz debe ser sostenida por la participación democrática, el buen gobierno y la creatividad. Es así como se entiende que la educación, en todas sus formas, es la llave para la democracia en la vida de cada día. En palabras de Federico Mayor Zaragoza, “ la cultura de paz es pasar de la lógica de la fuerza y el temor a la fuerza de la razón y el amor”.

Las palabras del presente capítulo quedan recogidas explícitamente en la Carta de la Paz dirigida a la ONU. En el punto X señala que las democracias han de dar un salto cualitativo. Pero, ¿en qué consiste este replanteamiento de la democracia,  qué aspectos han de ser cambiados? El punto IX dice que no se podrá construir la paz global mientras en el seno de la sociedad, e incluso dentro de las familias, exista menosprecio hacia más de la mitad de sus integrantes (niños, ancianos y grupos marginados, y por supuesto mujeres).  En definitiva, tanto la Carta de la Paz dirigida a la ONU como el capítulo de Breines señalan que la igualdad, el desarrollo y la paz están intrínsecamente unidos: no puede haber paz duradera sin desarrollo, ni tampoco un desarrollo sostenible sin una completa igualdad entre hombres y mujeres.

lunes, 28 de marzo de 2011

Moviéndose por la paz

Prat, Enric. Moviéndose por la Paz. Editorial Hacer. Barcelona. 2006. 

Alfredo Fernández. Periodista.  
Barcelona. 


En este libro el autor realiza un repaso por la historia del movimiento por la paz, el antimilitarismo y el pacifismo en Cataluña desde la década de los cincuenta del siglo pasado hasta la actualidad.

Con un rigor digno de destacar, Enric Prat desarrolla su trabajo con un seguimiento cronológico de los hechos, pero no con el fin de contar una historia solamente de manera lineal. “Se remonta a los antecedentes ideales de la cultura de la paz y la no-violencia cuando ésta era todavía cosa de unas pocas personas que rechazaban el núcleo duro de la educación franquista de la época, pero no para decirnos que ahí estuvo el origen ideal de lo que había de venir después, sino para sugerir, a través de la mención de algunas personas que participaron en Pax Christi, El ciervo, Amics de l´Arca y algunos otros pequeños grupos de entonces, que es por ahí por donde hay que buscar uno de los filones que, tanto en el ámbito de la historia de las ideas como en la decantación del pacifismo, confluirían en el movimiento por la paz de los ochenta, cuando éste empieza a rebasar ya el horizonte del anti-atlantismo”. Así lo escribe en el prólogo Francisco Fernández Buey.

El libro aporta fuentes documentales de importancia y un listado de bibliografía muy amplio, además de testimonios de personas que fueron protagonistas de la historia que se narra y en la cual el propio autor mezcla su rol de historiador y activista en los hechos que relata.

En síntesis, el texto propone un viaje por la historia de los movimientos por la paz especialmente en Cataluña, y es una obra que vale la pena conocer para profundizar en el origen de estas corrientes de opinión y acción por la paz que ejercieron y ejercen hoy su accionar a favor de la construcción de una cultura de paz.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Materiales de Paz y Derechos Humanos

Palou Loverdos, Jordi. Justicia Internacional, pillaje de guerra, derechos humanos y multinacionales. Generalitat de Cataluña. Departamento de Interior, Relaciones Institucionales y Participación. Oficina de Promoción de la Paz y de los Derechos Humanos. Barcelona. 2010.

Carta de la Paz 
Barcelona. 

Se presentó en Barcelona el libro "Justicia Internacional, pillaje de guerra, derechos humanos y multinacionales", del autor Jordi Palou Loverdos. Este material que integra la colección «Materiales de Paz y Derechos Humanos» que tiene como fin  recopilar documentos de trabajo con el objetivo de proporcionar una visión nueva y original de ambos ámbitos, a través de la edición de investigaciones elaboradas por centros especializados y personas expertas.

En este trabajo se analizan viejas y nuevas formas de conflictos armados, los diferentes actores de las guerras y su diversa influencia en estas, los hechos visibles, los ocultados y los intereses relevantes y aparentes de los episodios violentos, y cómo todo ello afecta a personas y colectivos, especialmente a los pueblos indígenas, así como a los derechos humanos que les son inherentes. Además explora la respuesta de los sistemas internacionales y del sistema nacional español de justicia, y su potencial para hacer frente a esta nueva realidad.

La obra subraya también los avances en el derecho internacional así como los hallazgos y la comisión de crímenes por estos actores de manera directa o indirecta en la región objeto de estudio, que se derivan tanto de los documentos oficiales de las Naciones Unidas como de las investigaciones en curso en el contexto del proceso abierto sobre genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y otros crímenes conexos, incluido el pillaje, la destrucción de bienes y el patrimonio ante los tribunales españoles bajo el principio de jurisdicción universal.

El autor centra su trabajo en la influencia de los recursos naturales en los conflictos armados como base subacuática del enorme iceberg que conforman los conflictos armados y cómo los actores no estatales intervienen –muchas veces de forma dramática– en este complejo tablero de ajedrez. Se plantea la pregunta de si en la actualidad los sistemas nacionales e internacionales de justicia y la concepción que se tiene de los crímenes internacionales son instrumentos útiles para hacer frente a esta nueva realidad, y estudia cómo ser más eficaces en las estrategias de construcción de paz con el fin de transformar los conflictos violentos en pacíficos, o como mínimo, en menos lesivos.

jueves, 27 de enero de 2011

Perdonar es empezar de nuevo

Jankélevitch, Vladimir. El Perdón. Ed. Seix Barral. Barcelona. 1999.

Francesc Torralba 
Barcelona. 
Una de las obra más sugerentes que se han escrito durante el siglo XX sobre la virtud del perdón es la del filósofo y musicólogo francés, Vladimir Jankélevitch (1903-1985), publicada en 1967, con el título Le pardón (El perdón, Seix Barral,1999).

No es fácil situar el pensamiento de este creador dentro de los sistemas filosóficos del siglo pasado, porque en cierto modo, no cabe estrictamente en ningún compartimiento. No es un marxista, ni un existencialista, ni un personalista, ni tampoco un estructuralista en el sentido ortodoxo del término. Su obra original y sugerente, todavía poco conocida y traducida en nuestro país, tiene un profundo signo moral y contiene reflexiones muy apropiadas sobre la vida práctica. Es remarcable su tratado sobre las virtudes y sus disquisiciones sobre el vitalismo de Bergson y el idealismo de Schelling, a quien dedicó su tesis doctoral que defendió en la Sorbona.

El perdón es una obra exitosa en muchos sentidos. Explora las dificultades en el ejercicio del perdón y define el perdón como un don libre, un acto de la voluntad, que se propone limpiar, empezar de nuevo, liberarse de una historia herida. El perdón es, en este sentido, terapéutico, higiénico, una operación catártica que permite liberarse del peso del pasado y tratar al otro como un nuevo ser. El perdón, tal como lo entiende Jankélévitch, no es una imposibilidad, pero tampoco es sencillo conseguirlo. Exige humildad y, a la vez, el tiempo juega un papel clave, porque perdonar la ofensa al momento es difícil, pero con la distancia que dan los años, es más viable el camino hacia la reconciliación.

La Carta de la Paz dirigida a la ONU no hace referencia directa al perdón, pero si describe unas serie de operaciones claves para restablecer la paz, para pacificar la historia. Lamentar las acciones injustas que se cometieron en el pasado, es un primer paso. Esto supone reconocerlas y tener la audacia de lamentarlas públicamente. El perdón también incluye este proceso. Sólo se puede pedir perdón, si se lamenta de todo corazón, lo que pasó, el mal que yo o los que me prendieron en el gobierno de una institución causaron. La lamentación pública no garantiza la reconciliación, pero es el primer paso. Hace falta además, resarcir, en la medida de lo posible el mal causado. El perdón como virtud, también exige este trabajo de reparar, no solo en el plano simbólico, sino también en el ético, social, económico y psicológico. Resarcir en la medida de lo posible los males causados, tampoco no garantiza la reconciliación, pero es un segundo escalón decisivo en la purificación de los males de la memoria.

Vladimir Jankélevitch sufrió, como también muchos otros intelectuales comprometidos del siglo XX, la persecución y el destierro. Cuando escribe sobre el perdón y sus condiciones de posibilidad, no elabora un discurso ahistórico, frívolo o banal, sino que sabe lo que pesan los resentimientos y los rencores al hacer las paces y darse la posibilidad de empezar de nuevo. Está bien leerlo y escucharlo.

jueves, 30 de diciembre de 2010

La Joven de las naranjas

Gaarder, Jostein. La Joven de las naranjas. Ediciones Siruela. Madrid. 2003.

Amalia Valderrama C.  
Barcelona. 

Este sencillo y conmovedor relato que nos presenta el escritor noruego Jostein Gaarder, nos lleva a reflexionar sobre las vicisitudes de la existencia. A través de una emotiva carta que un padre escribe a su hijo, el autor nos invita a hacernos preguntas fundamentales sobre la vida, sobre nuestra efímera estancia dentro del universo, haciéndonos pensar una y otra vez en que el estar hoy aquí, es ciertamente una lotería. Tal como nos hace ver en alguna de sus páginas: HOY SOMOS PERO PODRÍAMOS NO SER, NO ESTAR, así de simple y eso también significa que un día cualquiera desapareceremos para toda la eternidad.

Y así como nos lleva a ser conscientes de la contingencia que está en la base de nuestra existencia, también nos invita a preguntarnos por nuestro papel en este mundo, por el valor que le damos a todas y cada una de las cosas, pues así como nuestra vida ha sido regalo de nuestros padres y no una decisión nuestra, si lo es cómo la vivimos, qué hacemos con ese tesoro que nos ha sido dado. 

En este sentido, nos invita a conocer nuestra historia de engendramiento, a ser curiosos con esas pequeños giros y decisiones que hicieron que nuestros padres, se conocieran y nos engendraran, pues el sólo hecho de que una de las piezas del puzzle no encajara, hubiera podido ser nefasto para nuestra existencia, simplemente habría nacido otra persona, nosotros no. Así que tomando conciencia de que la que tenemos es nuestra única posibilidad de existir, tal vez podemos valorarla y disfrutarla mucho más, es decisión nuestra.

Por todo esto “La Joven de las Naranjas” está en plena consonancia con la Carta de la Paz dirigida a la ONU, pues ésta nos  invita a ser realistas, a saber que: “si la Historia hubiera sido distinta -mejor o peor-, el devenir habría sido diferente. Se habrían producido a lo largo de los tiempos otros encuentros, otros enlaces; habrían nacido otras personas, nosotros no. Ninguno de los que hoy tenemos el tesoro de existir, existiríamos” (Punto IV). Es precisamente esta visión de la vida como un verdadero TESORO lo que Gaarder nos ofrece en su libro.